Querido 2017:
¿Me crees si te digo que superaste con creces toda
expectativa? Es difícil pensar en algo negativo que me hayas dado, y aun es más
complicado decidir con qué quedarme de todo lo bueno. Cómo te lo digo… Me has
dado momentos fantásticos, y no solo eso, sino que me has dado momentos
horribles y he sido capaz de superarlos. Creo que el crecimiento personal es
evidente, que el amor propio va en aumento, y, joder, qué orgullosa
estoy de mí.
Si me pidiesen que definiera este 2017, no pensaría en
otra palabra que no fuese fuerza, lucha, aprendizaje y amor. Amor por mí misma,
amor hacia otros, amor hacia cada aspecto de la vida. Y qué quieres que te
diga, 2018: te espera un reto muy, muy peligroso. En suma, puedes convertirte
tanto en un año maravilloso como en un año horrible, ¿cómo lo ves? Yo apuesto
por ti.
Apuesto por la aventura, por la bondad, por el amor,
por el crecimiento, por la aceptación de uno mismo. Apuesto por mí, apuesto por
nosotros, apuesto por cada pieza que conforma mi puzle en la vida. Quiero, por
encima de todo, seguir conociéndome; seguir aceptándome, comprendiéndome y
dándome cariño, seguir apoyándome y luchando por mí por encima de todo suceso.
Quiero luchar por mis sueños, cumplir metas, aceptar
retos. Quiero seguir estando tan orgullosa de mí o más de lo que me siento
ahora. 2017, quiero quedarme con todo lo que me has enseñado, con todo lo que
me has hecho aprender tanto a la fuerza como por voluntad propia, y quiero,
sobre todo, seguir caminando hasta llegar a cumplir mis objetivos. Gracias por
haberme quitado tanto y por haberme dado tanto al mismo tiempo.
Futuro 2018, mantente fuerte y con ganas de seguir
creciendo, porque, de verdad te lo digo, lo estoy consiguiendo.
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Sonríeme