Seguidores

lunes, 13 de abril de 2015

Y luego estás tú.



Hay cosas que duelen, que duelen de verdad. Como un golpe donde más daño provoca, o incluso como un grito en mitad de un prolongado silencio. Como una ciudad siendo invadida por las olas del mar. Y luego estás tú, el mayor de los daños. Ese que significa para mí, un todo  en medio de un inmenso nada que no puedo evitar sentir.

Es curiosa, la manera en que los acontecimientos cambiaron de golpe, como ellos nos cambiaron a nosotros. La manera en que los abrazos, los besos, las caricias y toda esa palabrería barata se quedase en un vacío lleno de silencios y de cosas que no se dijeron. Se podría decir que es un poco extraña la manera en que apareces, como vívido tras un millón de pegajosas telarañas. Porque ante todo, aquí estás, aunque hayas pasado conmigo más tiempo del que realmente deberías.

Fueron unos 40 días, ¿sabías? 40 días de 24 horas cada uno, 40 días de 1440 minutos. Y no hablemos de segundos, porque parecerían demasiados si comparamos la importancia que yo tuve para ti. No sé qué contar que no haya contado ya, porque, creo que mi espacio es a día de hoy más tuyo que mío. Que te has apoderado de mi yo, a pesar de los 17520 minutos que han pasado desde que no estás. 17, qué coincidencia.

Sigo estando convencida de que todo esto se trata de un caso extraño del que yo no fui partícipe, del que ni siquiera llegué a darme cuenta hasta que sucedió. Quién puede culpar a una niña que no sabía siquiera lo que estaba creando, lo que todo eso conllevaría unos dos años después.

Me gustaría comprender el motivo de todo esto, la razón por la que te topaste conmigo, ya sabes, de casualidad, sin avisar. Y yo que creía que lo que me contaban eran cuentos chinos. La verdad es que odio admitir que te he dado la importancia que realmente no tienes, y que he idealizado a un personaje que ni siquiera se acerca a lo que en realidad pudiste llegar a ser. No quiero volver a hacerlo. Ya me entiendes, lo de escribirte aun cuando todo lo nuestro ya está superado. O, bueno, cuando me hago creer que de verdad así lo está.

Dicen que las recaídas son las peores partes de las enfermedades, pero que son capaces de conseguir una eficaz cura. Y dime tú que cura puedo hallar, si no paro de mencionarte aun cuando llevas 43200 minutos sin aparecer. Dame la receta, porque necesito una vez más el medicamento. El medicamento que logre alejarme de ti, mi mayor dolor, de una vez por todas.

@TumundoblogI