Seguidores

domingo, 15 de septiembre de 2013

Your happily ever after.


 
¿Sabéis esa sensación? Esa de intentar olvidarle y nada más recordarle. La impotencia de recordar su mirada. Las ganas de hacer que se esfume con el tiempo.
Tengo miedo. Miedo a no olvidarlo nunca. Miedo a que pase el tiempo y siga metida en lo mismo. Temor a no volver a tener cerca esos ojos marrones. Pavor a no sacar nunca de mi mente esa sonrisa.
“Nunca lograrás olvidarle, sólo lo recordarás sin que duela” Lo sé. Sé perfectamente que eso ocurrirá, pero yo quiero olvidarlo. Olvidarlo todo. Sus besos, sus locuras, sus ojos, sus labios, sus abrazos, sus locuras, sus tonterías. Cada resquicio de su ser.
Es curioso, él es feliz, y yo lo extraño.

Y aún me pregunto dónde estarán esos besos que me rogabas aun sabiendo que pecabas una y otra vez.
No quiero volver a esto, a escribirte sin que me leas, a extrañarte sin que me quieras, a amarte sin que tú lo veas.
No quiero escribir estas letras sin remitente alguno, no quiero que mis sentimientos se diluyan sin que lleguen a tus oídos, no podría aceptar que todo esto se esfume.

Y a día de hoy escuchar tus grabaciones, a día de hoy soñar con tu mirada.
“Y si ya no tengo otra forma de olvidarlo que no sea recordándole.”

Ya no es echarte de menos,  es saber con certeza que nunca más te volveré a tener.