Enloqueceré.
No
te acerques ni un solo centímetro más a mi piel, aléjate.
Huye,
no dejas que huela tu perfume, o si no te devoraré.
No
hables, tu voz hace que mi pulso se acelere, que mis impulsos cobren vida y que
mi corazón lata con fuerza.
No
sonrías, esos dientes tan perfectamente alineados hacen que me muera, que me
muera por ti, por tus besos, por tu mirar, por tu olor, por tu alma, por tu
cuerpo.
Enloqueceré,
perderé el sentido, si tus manos rozan las mías, si tu mirada se pierde en mi
cuerpo y si te muerdes los labios.
El
tiempo se esfumará, sólo si te acercas, no me controlaré, estarás demasiado
cerca para poder escapar.
No,
conseguirás que mi mente no funcione, que me guie el deseo y que todas mis
palabras se las lleve el viento.
Respira,
y caeré, caeré en tus garras, en tus besos, en tus ganas, en el deseo.
Debo
huir antes de caer, aléjate, aléjate.