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sábado, 28 de junio de 2014

Un número incontable de sucesos inesperados


*Puede que nada de lo que hay escrito en estas líneas tenga sentido.

No sabría dar comienzo a algo como esto. Simplemente, que he llegado a la conclusión de que las cosas pasan por algo, y a veces no queda más remedio que resignarse a ello. Tumbarse en la cama y pensar, pensar en todo lo que algún día podría haber sido pero no fue, tratando de buscarle el sentido a las cosas cuando, tal vez, y solo tal vez, no tengan explicación alguna.
Porque, la vida es así; La vida es un numero incontable de sucesos inesperados los cuales por nada del mundo pueden llegar a tener sentido alguno entre sí, y esa, justo esa es la explicación razonable, la cual reivindica que ningún sentimiento puede ser justificado, ni ninguna ilusión puede no ser destruida. 

Hoy de verdad creo que hay momentos en los que quizás nadie pueda llegar a comprender jamás. Y, creo que esos momentos son los que hacen las grandes cosas, porque, de ello se alimenta la vida, de ello se alimenta nuestra propia alma.
@TumundoblogI

domingo, 8 de junio de 2014

Recorriendo el ayer para encontrar el olvido


Llega un momento en la vida en el que no te queda otro remedio que superarlo. Olvidarlo, pasar página. Llegará un punto en el que no puedas estar siempre echando en falta a la misma persona. Las mismas cosas, los mismos sueños, las mismas tardes que pasabas abrazada a ella.
No podrás estar siempre lamentándote. Tendrás que ser fuerte, tomar decisiones. Seguir hacia delante. Cambiar de libro, destruir el capítulo… Tomar las riendas de la situación para por fin dar el paso. El paso de empezar todo de nuevo.
De cerrar el baúl y  jurar no abrirlo, y que llegue un día en el que seas lo suficientemente fuerte para meter la llave y ver sin que duela. Recordarlo todo, sin sentir dolor.
Llegará el día en el que podrás ser capaz de mirar atrás, de caminar por el ayer, de resquebrajar esa cerradura para dejar escapar las mariposas que un día estuvieron libres y vivas en él, de liberar todo sentimiento que hubo allí encerrado. El día de suspirar entre las páginas de esa historia ya acabada.
Porque, ese día, no habrá más sentimientos en tu corazón, no quedarán más recuerdos dañinos. Porque, el día que abras este viejo baúl, comprenderás que ya no quedará absolutamente nada de lo que un día hubo, que todo habrá cambiado y que tú ya no serás la misma persona del principio. Que ya nunca más volverás a ser quien trataba de descifrar las pistas para llegar a aquel camino que te conducía al olvido.
@TumundoblogI

domingo, 1 de junio de 2014

Que el tren pasaría.



Ella solo era una simple chica. La gustaba tomar café a las 5 de la mañana, amaba salir a dar un paseo a cualquier hora de la tarde, no podía evitar comer entre horas. Nunca dejaba de sonreír, escribía en cualquier estancia, y era incapaz de confesar que la lluvia era su mayor enemiga.

Ella, la cual nunca pudo negar sus sentimientos, ni amar a quien no amaba. Siempre creyendo en el amor, nunca pudiendo negarse a él, sin siquiera evitar enamorarse. Una chica que, como ella, jamás conseguiría negar la evidencia, ni engañar a su corazón dormido.

Ella solo buscaba cumplir un sueño, vivir una historia de cuento, de esos que mencionan en esos libros que tanto la gustaba leer, e ir a aquellos lugares tan increíbles que proyectaban en las películas.

Soñaba despierta, mirando por la ventana de su habitación, respirando el mar y escuchando a los pájaros piar, imaginando su mundo perfecto. Soñando con que, algún día, toda su vida daría un giro de 180 grados. Que la espera acabaría mereciendo la pena.


Ella que creía que todo era posible, que todo por lo que luchaba algún día lo conseguiría. Que su tren un día pasaría, que dejaría el andén en el que tanto tiempo llevaba esperando. Que lo cogería e iría directa a donde nadie pudiera encontrarla. Iría a un lugar en el que ella ya nunca más volvería a ser ella. 

@TumundoblogI